El Voluntariado Internacional de Acción Marianista se pone en camino los meses de junio, julio y agosto

El Voluntariado Internacional de Acción Marianista se pone en camino los meses de junio, julio y agosto

A finales de junio viajan los primeros voluntarios con destino al servicio con el que se han comprometido.

El pasado sábado 10 de junio tuvo lugar la IV Jornada Formativa que Acción Marianista organiza dentro del Programa de Voluntariado Internacional. Este Programa facilita el intercambio de experiencias entre voluntarios y socios locales así como formación y acompañamiento en sintonía con el propio carisma educativo y la espiritualidad marianista.

Dentro de dicho Programa de Voluntariado Internacional estas Jornadas Formativas anuales tienen la finalidad de ofrecer a los voluntarios un espacio de encuentro que les facilite ir tomando conciencia de aspectos como: qué significa ser voluntario como opción de vida, qué supone saber acompañar los proyectos de desarrollo local y qué sentido tiene esta acción voluntaria dentro del marco de la cooperación internacional.

Este año son nueve los voluntarios que desean dar este paso; jóvenes procedentes del ámbito educativo, la mayor parte de ellos, así como del ámbito sanitario y del derecho, concretamente de Valencia, Vitoria, Logroño, Zaragoza y Cádiz que desean vivir el voluntariado sobre el terreno, echando una mano en alguno de los proyectos que acompaña Acción Marianista durante todo el año.

Concretamente, cuatro de estos jóvenes voluntarios marcharán a finales de junio a Colombia (Ciudad Bolívar y Fundación Chaminade); dos voluntarias ofrecerán su tiempo a principios de Agosto en proyectos educativos y sanitarios en India (Singhpur); y tres voluntarios, vinculados con el ámbito socioeducativo, viajarán a mediados de Agosto a Argentina (Villa Soldati)

La estancia y participación de los voluntarios en los proyectos es aproximadamente de una duración de un mes o mes y medio, tiempo en el que se hace necesario ir silenciando expectativas e inercias, aprender a hacerse pequeño, aprender a vaciar mochilas de seguridades y apegos, desarrollar la capacidad de asombro y poder dejarse interpelar por lo se vive y se acompaña en cada momento.

Como les transmitimos a nuestros voluntarios: “Es hora de ir soltando AMarras” e ir preparando y organizando no sólo las mochilas físicas sino también las interiores, que hagan de esta travesía, y de su espíritu misionero, una opción de vida.